Breve historia de la movilidad desde el Motorola DynaTAC (el ladrillo) hasta el IoT y el próximo 5G

Exploramos el potencial de la 5G recorriendo su historia, desde el lanzamiento de la primera generación de redes móviles en 1979 hasta las aplicaciones empresariales que se esperan de las redes de quinta generación

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El 5G es una revolución tecnológica comparable a la de la máquina de vapor e Internet. Mientras se vislumbra en el horizonte el amanecer de la quinta generación de redes móviles, muchos aún no son conscientes del impacto disruptivo que puede tener esta tecnología. En cuanto a las empresas, el 5G les permitirá aprovechar los conjuntos de datos masivos generados a través del IoT, transformando las operaciones y los servicios que prestan.

Con velocidades hasta cien veces más rápidas que el 4G, mayor cobertura y fiabilidad de inicio, la llegada del 5G representa un salto adelante sin precedentes. Para prepararnos para un momento crucial en la historia de la tecnología, he aquí los aspectos más destacados de la historia de las redes móviles y por qué la próxima iteración es tan importante.

La primera generación
El camino hacia la 5G ha sido gradual y secuencial, y el proceso comenzó oficialmente en Japón en 1979, cuando Nippon Telegraph and Telephone puso a disposición de los habitantes de Tokio una red 1G. Fue el lanzamiento de la primera generación de redes móviles, y aunque esta tecnología analógica sólo permitía realizar llamadas de voz, supuso un cambio fundamental.

A continuación se produjo el lanzamiento en Norteamérica con la presentación del teléfono móvil Motorola DynaTAC. Eso fue en 1983 y, para tener una idea de la perspectiva, el teléfono pesaba casi un kilo y ofrecía media hora de conversación antes de necesitar diez horas de carga. Por razones obvias, el aparato se ganó el apodo de «El ladrillo» y su precio superaba los 8.000 US$ en valor actual.

Aparte de la incomodidad de los teléfonos necesarios para utilizarla, esta revolucionaria red móvil tenía otros inconvenientes. La calidad del sonido era mala, las llamadas eran inestables y la seguridad era escasa debido a factores como una cobertura extremadamente limitada y una falta total de encriptación. Además, las velocidades de descarga tuvieron dificultades para alcanzar los 2,4 kbps, frente a las velocidades medias de 200 Mbps que se esperan para la 5G. Podríamos enumerar sus muchas limitaciones, pero las redes 1G abrieron un rico filón de innovación que ahora está dando forma al futuro de la tecnología.

El cambio digital
Cuando la 2G apareció en Finlandia en 1991, supuso otro gran salto en la tecnología de las redes móviles. Además de una mayor estabilidad y una mejor calidad de voz, las redes 2G eran también más seguras. Con la encriptación implantada según la norma GSM, las empresas de diferentes sectores empezaron a explorar formas de diversificar sus capacidades de comunicación.

Además de permitir unas comunicaciones de voz móviles superiores, la 2G abrió nuevos caminos con la capacidad de admitir mensajes de texto y la transferencia de archivos adjuntos multimedia. Desde una perspectiva empresarial, estos factores ofrecían la oportunidad de reinventar el enfoque de funciones críticas como las ventas y el marketing.

Otras características de la 2G han hecho que las comunicaciones móviles sean más realistas e impactantes tanto para los consumidores como para las empresas, y que los dispositivos compatibles sean más eficientes energéticamente que sus predecesores, como el «ladrillo». A esto se añaden ventajas como la compatibilidad con la itinerancia y la capacidad de las redes para admitir múltiples usuarios. Lo más importante es que las redes de 2G admitían velocidades mucho más rápidas que las de la generación anterior, con velocidades iniciales de hasta 9,6 kbps que luego aumentaban a 40 kbps.

El boom de la 3G
Planificada y desarrollada desde los años 80, la 3G nació con un lanzamiento precomercial en 1998 y un lanzamiento oficial en octubre de 2001. Una vez más, este paso innovador vino de Japón, con ambos lanzamientos proporcionados por NTT Docomo. Aunque la 3G seguiría alcanzando nuevas cotas en cuanto a capacidad de las redes móviles, hubo muchos problemas en las primeras etapas. Entre ellas se encuentran los elevados costos, la vuelta a la preocupación por la seguridad y, sobre todo, la necesidad de nuevas infraestructuras para apoyar la transición de la tecnología analógica a la digital.

La 3G iba a resultar revolucionaria en su forma de interactuar con Internet. El boom de Internet de 1998 inició el crecimiento de la demanda generalizada de acceso, y la 3G proporcionó los medios para el uso de Internet móvil. Esto también supuso un cambio radical para las empresas, que empezaron a cuantificar el valor potencial del uso de Internet móvil.

Japón ha vuelto a liderar el despliegue de la primera red 3G generalizada, seguida en breve por Europa, América, África y el resto de Asia. La velocidad es un factor destacable a la hora de resumir la era 3G. Las redes móviles de entonces alcanzaban velocidades de datos de hasta 2 Mbps en reposo y de hasta 384 Kbps en movimiento. Esto mejoró enormemente la eficiencia de las comunicaciones móviles y desbloqueó una serie de nuevos casos de uso, permitiendo a las empresas sinergizar sus operaciones. Según la Asociación Mundial de Proveedores de Telefonía Móvil, en 2007 había 190 redes 3G operativas en 40 países.

Velocidad y conectividad
Mientras miramos hacia el 5G, es importante tener en cuenta los enormes avances de la era 4G de los que aún formamos parte. En primer lugar, debemos tener claro qué diferencia a la 4G de la 3G para enmarcar la importancia de esta fase. Un comunicado de prensa de 2010 de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) estableció las características y capacidades que permiten definir un servicio tecnológico como «4G».

El comunicado describe la fuerte conectividad de alta velocidad como una característica crucial, citando el ejemplo de un pasajero que recibe un buen servicio en un tren de alta velocidad. La UIT también se refiere a los puntos de referencia de la velocidad de descarga para el 4G. El ejemplo utilizado para los usuarios fijos es de 1,5 Gbps, significativamente más rápido que las conexiones de baja movilidad logradas por las redes 3G más rápidas.

Profundizando en las diferencias técnicas entre 3G y 4G, otro factor clave de separación es la IP. El 4G funciona mediante la conmutación de paquetes, lo que significa que los datos transmitidos por una red digital se agrupan en paquetes que constan de una cabecera y una carga útil. La principal ventaja de los paquetes de datos es la posibilidad de localizar su destino sin necesidad de utilizar un canal dedicado, a la vez que permite el reenvío.

En términos sencillos, la principal diferencia entre el 3G y el 4G es la velocidad, ya que este último alcanza hasta diez veces el rendimiento de su predecesor en muchos casos. El 4G logra tiempos de respuesta mucho más altos que el 3G gracias a una menor latencia, lo que proporciona una experiencia de usuario significativamente mejor al descargar datos. Esto ha facilitado nuestro mundo exponencialmente más conectado de la última década y ha apoyado la adopción de otras nuevas tecnologías y formas de trabajo.

En cuanto a la seguridad, se han planteado algunas preocupaciones serias sobre las redes 4G frente a las 3G del pasado, que se relacionan con el IP. El problema subyacente es que el cifrado sólo es obligatorio a través de la Red de Acceso Radioeléctrico (RAN) principal cuando se utiliza 4G, lo que deja la parte de la red de retorno potencialmente vulnerable a los hackers. En el caso de las redes 3G más antiguas, trabajaban con una combinación de protocolos de señalización IP y móvil, lo que reducía considerablemente los riesgos de seguridad.

La nueva generación
Las generaciones anteriores de redes móviles han ofrecido mejoras incrementales respecto a sus predecesoras, introduciendo gradualmente nuevas capacidades que han impulsado el progreso de la red móvil. Sin embargo, las mejoras que podemos esperar del 5G cambiarán las reglas del juego. Según algunos estudios, el 5G puede alcanzar velocidades hasta 100 veces más rápidas que el 4G, permitiendo niveles de comunicación y potencia de conectividad difíciles de imaginar. Se trata, sin duda, de un gran paso hacia el futuro, pero también es algo necesario debido a la cantidad de datos sin precedentes que se generan en todo el mundo.

El 5G tiene el potencial de ser mucho más rápido que el 4G porque este último se limitó a operar a 6 GHz, ya que se desarrolló sobre la base de la tercera generación. En cambio, el 5G podrá operar hasta 300 GHz. Esta enorme capacidad adicional permite transferir un volumen de datos mucho mayor, lo que supondrá una ventaja clave para las empresas que buscan aprovechar eficazmente grandes cantidades de datos para mejorar sus operaciones.

Además de velocidades significativamente más rápidas, una mejor conectividad y la capacidad de transferir mayores volúmenes de datos, las redes 5G también ofrecerán una mayor cobertura. De este modo, podemos esperar que muchos puntos ciegos de la cobertura anterior reciban señales fuertes, con una intensidad de conexión garantizada en muchos casos. Con la combinación de mayor velocidad, conectividad y cobertura, el 5G debería desempeñar un papel clave en el despliegue de otras tecnologías emergentes, como los vehículos autónomos.

Aplicaciones empresariales
El 5G revolucionará la forma en que las personas se comunican a través de las redes móviles, pero quizá sea más importante para las empresas la forma en que permitirá que las máquinas se comuniquen. Las empresas de todos los sectores están identificando y desarrollando casos de uso para los sensores y máquinas conectadas, deseosas de aprovechar los datos en tiempo real que generan para realizar procedimientos como el mantenimiento predictivo. Aplicaciones como ésta permitirán a las empresas de todos los sectores, por ejemplo el minero y el energético, ahorrar potencialmente millones de euros cada año que actualmente se pierden debido a tiempos de inactividad no planificados.

La seguridad seguirá siendo una de las principales prioridades para las empresas y, aunque las preocupaciones no pueden resolverse por completo, el 5G ofrecerá un cifrado de 256 bits para mejorar la versión de 128 bits asociada a las redes 4G. Esto ofrecerá una mayor tranquilidad a la hora de desplegar el 5G en ecosistemas cerrados, como las plantas de fabricación, donde puede ofrecer comunicaciones M2M e IoT de forma eficaz y fiable.

Hemos mencionado la potente interacción que podemos esperar entre el 5G, el IoT y el Edge Computing, y es aquí donde empezamos a ver el verdadero potencial de la tecnología. A medida que las empresas adquieren más control sobre los datos que generan y los aprovechan de forma inteligente, se pueden superar otros cuellos de botella tecnológicos, como el rápido desarrollo de nuevas soluciones de inteligencia artificial.

Redacción CambioDigital OnLine

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