‘Low-code’, una alternativa de futuro camino de la madurez

La tecnología 'low-code' está ganando relevancia en los últimos años como una forma eficiente, sostenible en el tiempo y ágil de dar respuesta a las necesidades del negocio.

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Si bien en un principio las empresas apostaban por desarrollos de pequeñas aplicaciones, la madurez y los avances que se han realizado en los últimos años nos permiten hablar hoy en día de low-code como una alternativa real y con beneficios directos en el negocio, por lo que su utilización en aplicaciones core está siendo cada vez más frecuente.

La mayor volatilidad e incertidumbre de los mercados ha puesto sobre la mesa la necesidad de girar la vista hacia los departamentos de TI, que, como responsables de tecnología de la empresa, tienen la llave para navegar y tener éxito en los nuevos entornos de negocio, consiguiendo una mayor eficiencia que afecte directamente al negocio, acelerando la digitalización y reduciendo el venerado time to market.

Para que el peso que recae sobre el área de TI no se convierta en un cuello de botella, la adopción de low-code, junto a otro tipo de medidas, es una potente palanca de cambio al introducir agilidad, al no requerir conocimiento superexperto en cuanto a estructura de datos y procedimientos de tratamiento de la información y porque facilita el trabajo en equipo de los desarrolladores al mejorar la legibilidad del código.

Low-code, además, está demostrado que genera aumentos significativos de la eficiencia, especialmente en los entornos multicanal en los que se evita tener que desarrollar de forma paralela para el canal web y el móvil. Además, la potencialidad se ve aumentada con su gran capacidad de integración con diferentes herramientas y funcionalidades, entre las que se encuentran funcionalidades líderes como puede ser Google Maps.

Buenos resultados en pequeño, buenas expectativas en grande
Las primeras experiencias en aplicaciones acotadas y en soluciones pequeñas y automatizadas han dado buenos resultados consiguiendo los beneficios esperados. Los criterios que se han utilizado para valorar la idoneidad o no de los mismos han sido: el control del entorno y la criticidad de la aplicación. El primero consiste en decidir dónde se va a utilizar; el segundo nos llevó a su uso en aplicaciones pequeñas, con un contexto de uso específico y que no requieren grandes integraciones con sistemas core.

Sin embargo, cada vez estamos viendo más cómo vamos entrando en una segunda fase en la que las empresas empiezan a adoptar low-code como plataforma que les permite empezar a trabajar en proyectos de mayor envergadura en áreas como sistemas críticos para el negocio, la interacción omnicanal con los clientes, en procesos transversales end-to-end o en la eficiencia, optimización y automatización de los puestos de trabajo.

Por tanto, low-code va camino de su madurez y cada vez más empresas se están familiarizando y van entendiendo en qué casos tiene sentido utilizarlo, especialmente bajo el modelo de plataforma por sus implicaciones en el futuro y ante la necesidad de que les permita incorporar de forma paulatina y creciente toda la innovación que se está produciendo en el mercado.

En los próximos meses, veremos como cada vez más empresas se enfrentan al reto de empezar a trabajar con low-code en aplicaciones críticas de negocio; de hecho, según datos de Gartner, el 65% del desarrollo de software incluirá low-code en 2024. Los principales retos serán ver low-code no solo como una plataforma tecnológica, sino como un nuevo enfoque de trabajo con consecuencias directas en el negocio y cuyo uso puede ir más allá de aplicaciones sencilla para entrar de lleno en los asuntos core de negocio. Un paso que debe realizarse de manera controlada desde los departamentos de TI que adquieren relevancia como los directores de orquesta que a través de la tecnología consiguen impactar en los objetivos del negocio.

Estas conclusiones han sido extraídas en colaboración con IDG Research y OutSystems durante la celebración de un encuentro con los responsables de un grupo de empresas de diferentes sectores.

Inés Ruiz Múzquiz, gerente de cuentas Low-Code Solutions en Altia.

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