Un sistema agrícola inteligente personalizado puede ayudar a recopilar datos valiosos, proporcionar resultados procesables y ahorrar a los agricultores tiempo, dinero y recursos significativos.
En los últimos años, un número importante de empresas agrícolas se ha planteado pasar de la agricultura dependiente del hombre a los sistemas autónomos de gestión agrícola. La creciente confianza entre las empresas agrícolas y las compañías tecnológicas, así como un rico arsenal de tecnologías que pueden adaptarse a las necesidades de las explotaciones, son los dos principales factores que permiten esta transformación.
En el Reino Unido, un ciclo normal de cultivo de trigo dura entre seis y diez meses en el campo y entre cuatro y seis meses en el invernadero. Con el cultivo rápido, posible gracias a la tecnología inteligente, sólo se necesitan de dos a tres meses para un ciclo completo de cultivo de trigo.
La velocidad se vuelve inteligente
Los sistemas de cultivo inteligentes permiten lo que ahora se conoce como «cría rápida». Esta práctica se utiliza para acelerar el ciclo de las cosechas, lo que da lugar a un mayor número de ciclos de cultivo por año.
Un experimento de mejora de la velocidad realizado por la NASA en el Reino Unido y Australia demostró que, exponiendo las plantas a regímenes de luz intensivos, era posible cultivar seis en lugar de dos ciclos de cultivo al año.
Inteligencia artificial y conocimientos prácticos para el crecimiento
La exposición prolongada a la luz para el trigo o los garbanzos da lugar a ciclos de cultivo más cortos, pero ¿cómo podemos conocer los factores exactos de aceleración para otros cultivos? La tecnología puede ayudar.
Un sistema clásico de agricultura inteligente consta de cámaras y sensores, puertas de enlace, almacenamiento de datos, análisis y una capa de implementación. La IA reside en las capas de análisis e implementación del sistema y transforma todos los bits de datos en información procesable.
Un sistema inteligente ayudado por cámaras de infrarrojos, sensores y visión por ordenador puede ver las más mínimas fluctuaciones de temperatura y humedad, detectar anomalías de crecimiento y enfermedades, determinar el nivel de madurez de una planta y hacer un seguimiento de muchos más aspectos importantes invisibles para el ojo humano. Aplicando la IA en la agricultura, los agricultores pueden resolver el rompecabezas de la velocidad de reproducción.
En los últimos dos años, las startups agrícolas han demostrado que los resultados comerciales de la inversión en la construcción de un sistema agrícola de IoT impulsado por la IA se ven tanto a escala local como global:
Un sistema inteligente puede ayudar a crecer de uno a cuatro ciclos de cultivo adicionales por año, dependiendo del cultivo, lo que resulta en un crecimiento proporcional de los ingresos.
El precio de un sistema agrícola inteligente fluctúa entre 300.000 y 450.000 US$, dependiendo de la escala de producción, la estructura de la solución y otros factores.
Un ciclo de cultivo adicional puede cubrir todos los costes de construcción de un sistema de este tipo y, en algunos casos, incluso aportar beneficios el primer año.
Además de generar ingresos adicionales, los ciclos de cultivo más cortos ayudan a las empresas a cubrir la creciente demanda mundial de alimentos causada por el crecimiento de la población.
El futuro es brillante, y ahora los agricultores pueden dormir un poco más por la mañana.
La aplicación de la IA en la agricultura tiene un enorme potencial.
Ayudará a las empresas agrícolas a tomar decisiones bien informadas y a cultivar más cosechas. Los sistemas agrícolas automatizados basados en esta tecnología permitirán a las empresas agrícolas prosperar en los próximos años. También permitirán a los agricultores dormir un poco más por las mañanas al automatizar las tareas rutinarias y dar a cambio rendimientos adicionales para garantizar que cada ciclo de cultivo sea próspero.
Fuente WEB | Editado por CambioDigital OnLine
