Los últimos cinco años han sido especialmente turbulentos para la industria de los semiconductores. Las crecientes tensiones de la guerra comercial entre Estados Unidos y China han dado lugar a restricciones tecnológicas y prohibiciones absolutas entre los dos países. Las sanciones estadounidenses a Huawei en 2019 llevaron a la empresa china a optar por acaparar componentes para protegerse de quedar aislada de sus principales proveedores de semiconductores.
Estados Unidos y sus aliados creen que China está importando tecnologías avanzadas de chips de Occidente cruciales para el desarrollo de la IA, que podrían desplegarse para diversos usos militares. Por lo tanto, la fabricación de chips se convirtió en uno de los principales focos de estas tensiones geopolíticas en 2023, cuando EE.UU. y varios otros países pusieron en marcha sanciones para frenar las exportaciones de tecnologías relacionadas con chips a China.
En respuesta, China restringió la exportación de galio y germanio, dos metales fundamentales para la fabricación de semiconductores.
Cuando los chips no funcionaban
Pero aunque la guerra de los chips entre Estados Unidos y China ha saltado a la palestra en el último año, estas tensiones se remontan a mucho antes y en medio de esta dificultad llegó la pandemia de Covid-19. El cierre mundial de muchas fábricas, sobre todo en Asia, de donde procede gran parte del suministro mundial, supuso una presión añadida para la industria de semiconductores.
Como resultado de esta intensa escasez de chips, muchas empresas comenzaron a almacenar chips para aumentar sus inventarios, mientras que varios actores en Occidente han desarrollado sus propias estrategias y leyes nacionales -como la Ley de Chips de la UE- para impulsar la producción de semiconductores en ese lado del globo. Sin embargo, en la segunda mitad de 2023, la demanda de ciertos productos relacionados con los chips se ha reducido y muchas empresas han restringido sus gastos, lo que ha provocado un exceso de oferta en el mercado mundial.
Y según datos de Pitchbook, la inversión de capital riesgo en el mercado de semiconductores ha seguido una trayectoria descendente, reduciéndose en 2023 a un total de 10.300 millones de dólares, frente a los 12.800 millones de 2022 y los 16.100 millones de 2021. Entonces, ¿dónde nos deja todo esto de cara a 2024?
Recuperación
Afortunadamente, mientras que 2023 fue un año en el que el sector luchó por encontrar el equilibrio entre el hambre y la fiesta, los expertos de la industria estiman que el mercado de semiconductores se recuperará con un crecimiento de entre el 13% y el 20%.
International Data Corporation (IDC) prevé una mayor visibilidad del crecimiento de los semiconductores este año, a medida que la oferta y la demanda encuentren un mejor equilibrio en los ordenadores personales y los teléfonos inteligentes, dos de los mayores segmentos del mercado de chips. Además, se espera que los elevados niveles de inventario en las áreas de automoción e industrial vuelvan a niveles normales en la segunda mitad de 2024, a medida que la electrificación siga impulsando la demanda de chips.
Rudy Torrijos, director de investigación del equipo de Tecnologías Habilitadoras y Semiconductores de IDC, afirmó que el mercado está volviendo a un crecimiento sostenido.
«Aunque los niveles de inventario de los proveedores siguen siendo elevados, la visibilidad ha mejorado claramente en el canal y con los fabricantes de equipos originales en segmentos clave del mercado», afirmó, añadiendo que se espera que el crecimiento de los ingresos se corresponda con la demanda de los usuarios finales en el primer semestre de este año. «Como resultado, esperamos que [el gasto de capital] mejore posteriormente, iniciando un nuevo ciclo de inversión dentro de la cadena de suministro».
Gartner prevé un crecimiento similar este año, con un aumento de los ingresos mundiales por semiconductores de casi el 17%, hasta alcanzar los 62.000 millones de dólares. Este crecimiento, según la empresa de análisis, se espera que proceda de un espectacular repunte del mercado de memorias y de los avances en IA generativa y grandes modelos de lenguaje.
La predicción de crecimiento más modesta procede de la organización World Semiconductor Trade Statistics (WSTS), que prevé un aumento del 13% en 2024, con un crecimiento procedente en gran medida del sector de las memorias.
Aunque el crecimiento estimado es un signo positivo de recuperación, persisten retos que podrían provocar cuellos de botella. Instrumentos legislativos como la Ley de chips de la UE han sentado las bases para inyectar la tan necesaria inversión en sus respectivos sectores. Pero la escasez de mano de obra calificada en el sector sigue siendo una gran amenaza y es importante abordarla a medida que la demanda de chips se recupere este año.
Fuente WEB | Editado por CambioDigital OnLine