Decenas de manifestantes se congregaron ante la sede de OpenAI en San Francisco (EE.UU) para protestar contra el desarrollo por parte de la empresa de la inteligencia artificial de nueva generación, denominada Agi.
La iniciativa fue organizada por dos grupos -Pause AI y No Agi- que pidieron abiertamente a los ingenieros de OpenAI que abandonaran su trabajo en sistemas avanzados de inteligencia artificial. En enero, la empresa había eliminado de sus políticas de usuario la prohibición de aplicar modelos con fines bélicos, una mala elección en tiempos de tantos conflictos mundiales.
Inmediatamente después llegó la noticia de un contrato de colaboración con el Pentágono. El mensaje que llegó el lunes desde el colectivo estadounidense fue claro: detener el desarrollo de inteligencia artificial que podría conducir a un futuro en el que las máquinas superarán a la inteligencia humana, y abstenerse de cualquier nueva afiliación militar.
«El 12 de febrero pedimos a OpenAI que pusiera fin a su relación con el Pentágono y no aceptara ningún cliente militar», reza la descripción del evento. «Si sus límites éticos y de seguridad pueden ser revisados a conveniencia, no se puede confiar en ellos». Tanto Pause AI como No Agi comparten el objetivo común de detener el desarrollo de la nueva inteligencia artificial, pero sus métodos divergen. La primera está abierta a la idea de una tecnología realizada con fronteras y límites, es decir, de forma segura, mientras que No Agi se opone rotundamente a su creación, señalando las potenciales amenazas psicológicas y la pérdida de sentido que supondría para la vida humana.
Fuente: Web. Editado por CambioDigital OnLine