Los métodos actuales de corrección de errores en las computadoras cuánticas han sido mejorados en un factor de 10: este es el importante hito conseguido gracias a una forma de código desarrollada por investigadores del IBM -dirigidos por Sergey Bravyi, del Watson Research Institute, y publicada en Nature- que abre la puerta a la llamada «era de la utilidad», la de las computadoras cuánticas realmente capaces de trabajar en problemas que antes eran imposibles.
«El principal obstáculo para construir computadoras cuánticas lo suficientemente grandes como para realizar cálculos avanzados es la fragilidad de la información cuántica con respecto a las fuentes de ruido externas», explica a ANSA Fabio Sciarrino, del Laboratorio Cuántico de la Universidad Sapienza de Roma.
Hace años que se trabaja para resolver el problema en varios frentes, desde la eliminación de «impurezas» en los materiales hasta nuevos métodos para crear múltiples «copias» de qubits (la unidad básica análoga a los bits en las computadoras tradicionales), pasando por nuevos algoritmos.
Un área que ha experimentado grandes avances en el último año y que ahora alcanza un importante hito que le ha valido la portada de Nature. Utilizando un nuevo código, un algoritmo para procesar las actividades de los qubits, los investigadores han conseguido mejorar 10 veces la corrección de los errores que se acumulan en los qubits. «Utilizando este tipo de código», añade Federico Mattei, Quantum Business Developer de IBM, «combinado con un nuevo enfoque de hardware, en el que es posible ‘acoplar’ qubits que están muy alejados entre sí como si el chip tuviera una dimensión extra o estuviera parcialmente plegado sobre sí mismo, fue posible reducir realmente 10 veces el número de qubits necesarios para realizar la misma operación».
Se trata de un gran avance que encaja en la hoja de ruta de IBM para lograr procesadores cuánticos de miles de qubits tolerantes a fallos en cuatro o cinco años, y confirma cada vez más la entrada en la llamada «era de la utilidad». Una fase en la que se está alcanzando rápidamente la potencia suficiente para su uso concreto, junto a las computadoras tradicionales, para el estudio de problemas concretos extremadamente difíciles, y que marca los primeros pasos hacia el siguiente objetivo: desarrollar computadoras cuánticas capaces de resolver problemas que actualmente son imposibles incluso para las mejores supercomputadoras.
Fuente: IBM