Memorias en alza: el impacto de la demanda global

Cómo la inteligencia artificial y los centros de datos están redefiniendo el mercado de DRAM y NAND

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En los últimos meses de 2025, el mercado de memorias ha entrado en una fase de tensión que se refleja directamente en los precios. Tanto la DRAM como la NAND han experimentado incrementos notables, y detrás de este fenómeno confluyen varias fuerzas. La expansión de la inteligencia artificial y la construcción acelerada de centros de datos han absorbido gran parte de la producción mundial. Empresas como OpenAI han cerrado acuerdos con fabricantes de primer nivel, asegurando porcentajes significativos de la capacidad global y dejando menos margen para otros sectores.

El caso de la memoria NAND es especialmente ilustrativo: su costo se ha disparado más de doscientos puntos porcentuales en lo que va de año, con un aumento concentrado en apenas unas semanas. Dado que este componente representa la mayor parte del costo de un SSD, los fabricantes no han tenido otra opción que trasladar el impacto a los consumidores. A ello se suma la decisión de algunos proveedores de priorizar envíos hacia clientes estratégicos, lo que ha generado retrasos en la distribución general. La salida de Micron del mercado de consumo con su marca Crucial también ha reducido la oferta disponible, intensificando la presión.

Las consecuencias se extienden más allá del hardware especializado
En el ámbito de los dispositivos personales, los fabricantes de portátiles y teléfonos inteligentes ya evalúan ajustes en las configuraciones para contener costos. Se habla de un regreso a los 4 GB de RAM en modelos de gama media y baja, y de que los 8 GB vuelvan a ser estándar en portátiles, desplazando los 16 GB que se habían consolidado en los últimos años. El encarecimiento de las memorias también repercute en las tarjetas gráficas, generando un efecto dominó en toda la cadena tecnológica.

Respecto a la duración de esta situación, las previsiones son divergentes
Algunos analistas sostienen que la escasez podría prolongarse hasta 2028, en función de la capacidad de absorción de los grandes centros de datos. Otros, como Sapphire, consideran que el mercado podría estabilizarse en cuestión de meses, argumentando que parte del incremento responde más a la incertidumbre que a una falta real de producción. Kingston, en cambio, mantiene una visión más cauta y anticipa que los precios seguirán subiendo durante todo 2026.

En síntesis, el aumento de precios de las memorias responde a una combinación de factores: la demanda extraordinaria de la inteligencia artificial, el encarecimiento de la NAND, la concentración de la producción en grandes clientes y los ajustes estratégicos de los fabricantes. Su alcance afecta tanto a consumidores como a empresas, y aunque algunos esperan una normalización en el corto plazo, todo indica que 2026 será un año marcado por costos elevados y disponibilidad limitada.

Fuente WEB | Editado por CDOL

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