Neuralink, la compañía de implantes cerebrales propiedad de Elon Musk, dijo que ha resuelto un problema que vio reducida significativamente la capacidad de su primer paciente para mover el cursor de una computadora.
La empresa instaló en enero un implante cerebral en Noland Arbaugh, el primer sujeto de pruebas humano de la empresa, que quedó paralizado de los hombros para abajo en un accidente de buceo hace ocho años.
Poco después del implante, dijo poder jugar al ajedrez y al videojuego Civilization, así como tomar clases de japonés y francés mientras controlaba con el cerebro el cursor de una pantalla de computadora.
La tecnología de Neuralink funciona mediante un dispositivo del tamaño de cinco monedas apiladas que se coloca dentro del cerebro mediante una cirugía invasiva, de la que los cables son un componente clave para la recogida de señales. En una entrada de su blog, Neuralink había afirmado que los cables que conectan el implante al cerebro de Arbaugh «se retiraron recientemente… lo que provocó una disminución neta del número de electrodos efectivos» y de la capacidad del paciente para manejar el deslizador.
Aunque no ofreció ninguna explicación del problema, la empresa dijo que había hecho modificaciones para que el implante fuera más sensible a las señales neuronales. Esto, junto con otras modificaciones, «produjo una mejora rápida y sostenida de los bits por segundo, que ahora ha sustituido al rendimiento inicial de Noland».
El Wall Street Journal fue el primero en informar del descenso de la eficiencia del sistema. La startup, cofundada por Musk en 2016, pretende construir canales de comunicación directa entre el cerebro y las computadoras. La ambición es mejorar las capacidades humanas, curar trastornos neurológicos como la ELA o el Parkinson y quizás algún día hacer realidad una relación simbiótica entre los humanos y la inteligencia artificial. La empresa de Musk no es la única que intenta avanzar en este campo.
Fuente: Web. Editado por CambioDigital OnLine
