El premio nobel de física de 2025 fue otorgado a John Clarke, Michel H. Devoret y John M. Martinis por su contribución fundamental a la mecánica cuántica, una distinción que subraya la importancia de su trabajo para el futuro de la tecnología cuántica.
Los tres científicos demostraron la capacidad de replicar el comportamiento anómalo de la materia a escala atómica —regido por las leyes cuánticas— dentro de un sistema lo suficientemente grande como para sostenerse en la palma de la mano. Específicamente, lograron diseñar un circuito eléctrico superconductor capaz de cambiar de estado mediante el efecto túnel, un fenómeno que permite a las partículas «atravesar» barreras. Además, verificaron que este sistema absorbe y emite energía en dosis cuantificadas, tal como predice la mecánica cuántica. Estos experimentos ofrecen pruebas tangibles y medibles de la mecánica cuántica a nivel macroscópico, sentando las bases para la próxima generación de innovaciones.
Conexión directa con la inteligencia artificial cuántica
La relevancia tecnológica de este premio se destaca aún más por las afiliaciones laborales de dos de los ganadores: Michel H. Devoret y John M. Martinis. Ambos científicos forman parte del Google Quantum A.I. Lab, una división dedicada al desarrollo de la computación cuántica.
Michel H. Devoret, originario de Francia y profesor en la Universidad de Yale y la Universidad de California en Santa Barbara, se desempeña actualmente como director científico en Google Quantum AI.
John M. Martinis, de Estados Unidos, también trabaja en la Universidad de California en Santa Barbara y se unió al Google Quantum A.I. Lab en 2014 con la misión específica de construir un ordenador cuántico superconductor.
El tercer galardonado, John Clarke, nacido en el Reino Unido y profesor en la Universidad de California, Berkeley, es un pionero en este campo, aunque no está afiliado directamente con Google.
La distinción a estos pioneros subraya cómo la investigación en física fundamental está directamente catalizando el desarrollo de tecnologías de vanguardia, como la criptografía cuántica, nuevos sensores y, de manera crucial, los ordenadores cuánticos.
Fuente: Web. Editado por CDOL.