Hace medio año que OpenAI lanzó su servicio de chatbot basado en IA, ChatGPT. Desde entonces, la aplicación ChatGPT ha suscitado elogios y controversia a partes iguales. Por un lado, ha sido elogiada como un avance revolucionario en la facilidad de acceso a la inteligencia artificial, y numerosas empresas y servicios han adoptado su marco para crear sus propias funciones basadas en IA. Por otro lado, ChatGPT ha suscitado preocupación por su capacidad para falsificar información y sustituir empleos humanos. Estas dos vertientes de la polémica han mantenido al servicio en el candelero durante todos estos meses.
Sin embargo, parece que la popularidad de la aplicación ChatGPT puede haber tocado techo. Según un informe del Washington Post, el número de usuarios de ChatGPT ha empezado a descender, mostrando su primer descenso intermensual desde su lanzamiento en noviembre de 2022. Las estadísticas de uso muestran que tanto la aplicación móvil como la de escritorio ChatGPT han experimentado un notable descenso en el número de usuarios en junio y, a pesar de un par de baches a principios de julio, aún no se han recuperado. Como precursor del paradigma moderno de la inteligencia artificial, ChatGPT se ha convertido en el rival a batir, y las empresas tecnológicas no han perdido el tiempo.
Cuando ChatGPT se hizo público, los desarrolladores de IA de todo el mundo empezaron a desarrollar rápidamente sus propias plataformas de IA. Los sistemas de chatbot de gigantes mundiales de la tecnología como Google Bard y Microsoft Bing AI, con el respaldo de sus gigantescos homónimos, han tenido desarrollos extremadamente acelerados, alcanzando y, discutiblemente, superando en poco tiempo los esfuerzos comparativamente menores de OpenAI.
Nuevos chatbots, viejos problemas
Además del diluvio de feroz competencia en la escena de la IA, ChatGPT sigue envuelto en la polémica, no sólo por sus posibles aplicaciones de falsificación, sino también por razones económicas. La Unión Europea se encuentra actualmente en pleno proceso de elaboración de nuevas normas y reglamentos para las plataformas de software basadas en IA, basadas en las preocupaciones antes mencionadas. Si estas nuevas leyes entran en vigor, OpenAI podría verse gravemente perjudicada en un mercado mundial clave, un costo que, a diferencia de una empresa como Google, no puede asumir.
También hay quien sostiene que el descenso de usuarios de ChatGPT se debe simplemente a que la novedad del programa está pasando de moda. De hecho, aunque ChatGPT puede ser extraordinariamente útil si se sabe cómo utilizarlo, no es mucho más que un artilugio interesante para el usuario medio, que envía un par de mensajes por curiosidad antes de seguir con su día. El Washington Post llegó incluso a especular con que, ahora que han empezado las vacaciones de verano y los niños están fuera del colegio, hay menos usuarios en la aplicación porque los estudiantes no la utilizan para hacer trampas en los deberes.
Fuente WE | Editado Por CambioDigital OnLine