En la actualidad los centros de datos se encuentran en una lucha constante de innovación para satisfacer un alto volumen de transmisión de datos y a velocidades cada vez más altas, por lo que evolucionar la infraestructura en los centros de datos es primordial para responder estos retos a los que muchos operadores y empresas los enfrentan.
A medida que los administradores de centros de datos miran al futuro, más indicios de una evolución basada en la nube se vislumbran: más servidores virtualizados de alto rendimiento, mayor ancho de banda y requisitos de latencia ultra baja. Ya sea que esté operando 10 Gb o 100 Gb actualmente, la transición a 400 Gb está más cerca de lo que piensa.
Preparación para el cambio a 400G
Existen muchos factores que impactan para el salto a 400G, 800G y más. Los centros de datos han pasado de varias redes dispares a entornos más virtualizados y basados en software. Al mismo tiempo, están implementando más conexiones de máquina a máquina y reduciendo el número de switches entre ellas. Aunque ya existen la mayoría de las piezas para brindar soporte a los futuros centros de datos en la nube, aún falta una estrategia integral para crear una infraestructura de capa física que pueda unirlo todo.
En la actualidad, los centros de datos trabajan a altas velocidades, incluso a 100Gbps. Sin embargo, esto no debe dar una sensación de seguridad. Es totalmente lo contrario. ¿No lo cree? Sume el número de puertos 10G (o más rápidos) que está operando actualmente, e imagine que progresan a 100G. Al volver a hacer la suma se dará cuenta de que la necesidad de 400G – y más – no está tan lejos.
Los tres pilares de la migración a 400G/800G
A medida que comenzamos a tener en cuenta los aspectos básicos para la migración a 400G, es fácil sentirse abrumado por todo lo que esto implica. Para comprender mejor las variables clave que debemos tener en cuenta, las agruparemos en tres áreas principales:
· Aumento de las densidades de los puertos de switcheo. Las velocidades de conmutación o switcheo están aumentando a la par que el serializador/deserializador (SERDES) proporciona la E/S (I/O por sus las iniciales en inglés de Input/Output) eléctrica para el movimiento ASIC de conmutación de 10G, 25G, y 50G. Se espera que SERDES alcance los 100G una vez que IEEE802.3ck se convierta en un estándar ratificado. Estrechamente relacionado con el aumento del radix y la velocidad de conmutación están el paso de una topología de la parte superior del rack (ToR) a una configuración de mitad de fila (MoR) o final de fila (EoR), y la ventaja de que el enfoque de cableado estructurado se mantiene para facilitar las numerosas conexiones entre los servidores en fila y los conmutadores MoR/EoR.
· Tecnologías de transceptor óptico. Al igual que la adopción del factor de forma QSFP28 impulsó la adopción de 100G al ofrecer alta densidad y menor consumo de energía, el salto a 400G y 800G se está habilitando mediante nuevos factores de forma de transceptor. La óptica SFP, SFP+ o QSFP+ actual es suficiente para habilitar velocidades de enlace de 200G. Sin embargo, si se hace el salto a 400G, será necesario duplicar la densidad de los transceptores. Adicionalmente, al mercado óptico para 400G le impulsan el costo y el rendimiento, ya que los fabricantes originales intentan alcanzar al punto óptimo de los data centers a escala de la nube y la hiperescala.
· Opciones de conectores. Distintas opciones de conectores proporcionan más formas de distribuir la mayor capacidad basada en conexiones octales. El MPO de 12 fibras solía utilizarse para admitir seis enlaces de dos fibras. Con muchas aplicaciones, como 40GBase-SR4, que utilizan solo cuatro líneas (ocho fibras). Por lo tanto, el MPO16 puede ser más adecuado para el uso con módulos octal. Otros conectores que merece la pena examinar son el SN y el MDC, que incorporan la tecnología de férula de 1,25 mm y proporcionan opciones de conexión flexibles para módulos ópticos de alta velocidad. La pregunta fundamental será qué transceptores estarán disponibles con qué conectores en el futuro.
Es obvio que apenas conocemos la punta del iceberg sobre lo que los administradores de los centros de datos deben tener en cuenta al contemplar sus estrategias para la migración a 400G/800G; pero hay mucho más que decir sobre dónde está la tecnología y hacia dónde se dirige. Esto significa comprender las tendencias que impulsan la adopción de los servicios y la infraestructura de nube, así como las tecnologías de infraestructura emergentes que permitirán a su empresa abordar estos nuevos requerimientos.
Autor: José Manuel Bonilla, Systems Engineering Leader para América Latina, Enterprise, CommScope