Tras una desaceleración en 2022, el año pasado el total de pagos por ransomware se disparó al nivel más alto de la historia, US$1.100 millones.
Son las cifras que recoge el informe de la empresa tecnológica Chainalysis.»Los autores de ransomware han intensificado sus operaciones», explica, «apuntando a instituciones de alto perfil e infraestructuras críticas, incluyendo hospitales, escuelas y agencias gubernamentales. Y han golpeado a empresas que van desde la BBC a British Airways. Como resultado de estos y otros ataques, las bandas de ransomware han alcanzado un hito sin precedentes, un cambio significativo respecto al descenso observado en 2022».
El volumen de pagos por ransomware, señala la compañía, de 2019 a 2023 indica un problema creciente. «Una cosa importante que estamos viendo es el crecimiento astronómico en el número de autores de amenazas que ejecutan ataques de ransomware», dice Allan Liska, analista de inteligencia de amenazas de la firma de ciberseguridad Recorded Future, que informó de 538 nuevas variantes de ransomware en 2023, incluido Blackbasta, que también se cobró víctimas en Italia.
¿Adónde va a parar el dinero del rescate?
Las organizaciones criminales, señala Chainalysis, utilizan plataformas de intercambio e incluso servicios de apuestas como máquinas de blanqueo. Los autores de las amenazas siguen adaptándose a los cambios normativos y a las acciones de las fuerzas de seguridad, pero en 2023, explica Chainalysis, también se produjeron importantes victorias en la lucha contra el ransomware gracias a la colaboración entre las fuerzas de seguridad internacionales y las organizaciones afectadas.
Un ejemplo para todos: el desmantelamiento en enero del grupo de ransomware Hive por parte de Europol y el FBI, cuyo objetivo eran unas 1.500 víctimas en más de 80 países de todo el mundo.
Fuente: Chainalysis
