Dispositivos digitales reducen la atención humana a ocho segundos

La ubicuidad de los smartphones, tabletas y computadoras, así como la constante avalancha de notificaciones y la facilidad para cambiar entre tareas, parecen estar reentrenando nuestros cerebros para una atención fragmentada.

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Imagen creada con Gemini IA

Un estudio revela cómo la omnipresencia tecnológica, junto con el estrés, está reconfigurando nuestra capacidad de concentración, situándola por debajo de la de un pez dorado.

Una reciente encuesta a 1.000 adultos estadounidenses, comisionada por el Wexner Medical Center y el College of Medicine de la Universidad Estatal de Ohio, ha puesto de manifiesto un preocupante declive en la capacidad de atención humana. El estudio indica que el tiempo promedio de atención continua es de apenas ocho segundos, una cifra que ha generado comparaciones incluso con la capacidad de concentración de un pez dorado.

Entre los factores clave que contribuyen a esta disminución, los dispositivos digitales emergen como un protagonista central, afectando al 35% de los encuestados. Este porcentaje los sitúa como la tercera causa más citada, solo por detrás del estrés y la ansiedad (43%), y la falta de sueño (39%).

La ubicuidad de los smartphones, tabletas y computadoras, así como la constante avalancha de notificaciones y la facilidad para cambiar entre tareas, parecen estar reentrenando nuestros cerebros para una atención fragmentada. El multitasking, una práctica habitual en la era digital, también figura como un factor contribuyente (23%), exacerbando la dificultad para mantener un enfoque sostenido en una única actividad.

«En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la capacidad de concentración se convierte en un recurso cada vez más valioso y escaso. Los hallazgos de este estudio subrayan la necesidad de una reflexión sobre cómo interactuamos con nuestros dispositivos y el impacto que tienen en nuestra atención y salud mental», dijo la Dra. Evita Singh, psiquiatra de la Universidad Estatal de Ohio, quién además comentó sobre la interconexión de estos factores: «El estrés, el rumiar y pensar continuamente en las mismas cosas pueden afectar la capacidad de concentración y atención». Si bien su enfoque principal es el estrés y la ansiedad, la influencia de los dispositivos es innegable al generar un entorno de constante estimulación y demandas de atención.

La facilidad con la que pasamos de una aplicación a otra, de un correo electrónico a un video corto, podría estar creando un ciclo de recompensa que dificulta la profundización en tareas que requieren un esfuerzo cognitivo prolongado. Esto no solo afecta la productividad, sino que también puede tener repercusiones en el bienestar mental. «Cuando las personas realizan múltiples actividades simultáneamente, cuando tienen tantas cosas en la cabeza en las que pensar, pueden sentirse agotadas», explicó Singh, advirtiendo que esto puede llevar a la depresión o la ansiedad.

Fuente: Web. Editado por CDOL

 

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