Alphabet, la empresa matriz de Google, va a lanzar su chatbot basado en inteligencia artificial, Bard, en Europa y otros países, con lo que aumentará significativamente su alcance.
«Hoy anunciamos la mayor expansión de Bard hasta la fecha», escriben Jack Krawczyk, jefe de producto de Bard, y Amarnag Subramanya, vicepresidente.
«Ahora está disponible en la mayor parte del mundo y en los idiomas más hablados. Y estamos lanzando nuevas funciones para ayudarte a personalizar mejor tu experiencia, potenciar tu creatividad y hacer más cosas.»
Tras la presentación inicial de Bard en febrero, Google se encontró con retrasos en el lanzamiento del chatbot en la Unión Europea.
La Comisión Irlandesa de Protección de Datos (DPC) planteó problemas de privacidad y retrasó el lanzamiento.
La DPC dijo que Google no había proporcionado suficiente información sobre las garantías de privacidad de su herramienta de IA generativa para justificar su lanzamiento en la UE.
Irlanda es la sede europea de muchas importantes empresas tecnológicas estadounidenses, entre ellas Google.
Google ha confirmado que se ha puesto en contacto con los organismos de control europeos para abordar las cuestiones que han planteado en torno a la transparencia, la capacidad de elección y el control del usuario.
Graham Doyle, portavoz y comisario adjunto de la DPC, reconoció que Google ha aplicado varias modificaciones en Bard antes de su lanzamiento en Europa, incluidas medidas de transparencia mejoradas y controles revisados para los usuarios.
«Google se ha comprometido a llevar a cabo una revisión y a presentar un informe al CPD transcurridos tres meses desde la entrada en funcionamiento de Bard en la UE», añadió Doyle.
«Continuaremos nuestro compromiso con Google en relación con Bard tras el lanzamiento».
En una reunión informativa con periodistas, Amar Subramanya dijo que los usuarios tienen la opción de excluirse de la recopilación de datos.
Bard se globaliza
Además de en la UE, Google también lanzó Bard en Brasil y otros países el jueves.
Google ha ampliado considerablemente las capacidades lingüísticas del chatbot. Ahora es compatible con más de 40 idiomas, entre ellos el árabe, el chino, el alemán, el hindi y el español. Antes sólo estaba disponible en tres idiomas: inglés, japonés y coreano.
Google también introduce nuevas funciones, como la posibilidad de recibir respuestas de audio de Bard y elegir entre cinco estilos de respuesta diferentes: simple, largo, corto, profesional o informal.
Los usuarios tienen la opción de fijar o cambiar el nombre de las conversaciones, exportar el código a varias plataformas e incorporar imágenes a los mensajes.
Además, Google está integrando las capacidades de Google Lens en Bard. Ahora, los usuarios pueden subir imágenes con prompts, y Bard analizará las imágenes para proporcionar información.
Subramanya reconoce, sin embargo, que hay casos en los que el modelo puede no ofrecer respuestas precisas ante preguntas complejas.
«También puede reflejar sesgos de los datos de entrenamiento. Podría ser contradictorio con el modelo de entrenamiento». Estas son algunas de las limitaciones de Bard. Utilizamos respuestas de búsqueda para mantenerlo actualizado», afirma.
Muchas empresas han realizado fuertes inversiones en IA en los últimos seis meses.
La última figura en entrar en el juego es Elon Musk, que esta semana ha anunciado una nueva empresa de IA llamada xAI.
El equipo de xAI está formado por varios ingenieros con experiencia previa en OpenAI y Google (obviamente, una situación totalmente distinta a la de Meta, que contrató a antiguos ingenieros de Twitter para trabajar en Threads, por lo que Musk amenazó con demandar – Ed.).
Musk ya había abogado anteriormente por detener el desarrollo de la IA hasta que pudieran introducirse medidas reguladoras.
El mes pasado, el Parlamento Europeo llegó a un acuerdo para ultimar la Ley de Inteligencia Artificial, lo que supone un paso importante hacia la promulgación de la primera legislación del mundo dirigida específicamente a la IA.
El proyecto de ley incluye disposiciones relativas a sistemas de IA generativa como ChatGPT y Dall-E, capaces de generar texto, imágenes y otros medios.
La Ley esboza un marco de categorización de las soluciones de IA basado en los riesgos potenciales que plantean, dividiéndolos en cuatro categorías: mínimos, limitados, elevados e inaceptables.
La categoría asignada determina las normas y reglamentos de gobernanza específicos que se aplican a cada solución.
Está previsto que la Ley de IA se convierta en ley en 2025, pero antes debe someterse a los procesos de votación de la Comisión Europea, el Parlamento y el Consejo.
Fuente WEB | Editado por CambioDigital OnLine