El Construction Laborers Pension Trust of Greater St. Louis, un fondo de pensiones con sede en Misuri, ha presentado una demanda contra Intel en nombre de algunos inversores.
Tal y como escribe Reuters, la demanda colectiva propuesta nombra al consejero delegado Pat Gelsinger y al director financiero David Zinsner, y alega que Intel ocultó problemas en su negocio de fabricación de chips que le llevaron a unos resultados trimestrales débiles, despidos masivos, suspensión de dividendos y una caída de US$32.000 millones en su capitalización bursátil.
Según la acusación, el gigante de los semiconductores había dicho a los inversores que diseñar y producir sus chips a través de sus fundiciones le ahorraría entre US$8.000 y US$10.000 millones para 2025. «Sin embargo, el negocio de fundición de Intel se tambaleaba, costando miles de millones de dólares más de lo que se había hecho creer a los inversores, a pesar de que el crecimiento de los ingresos en la división en realidad había disminuido durante el período», afirman los acusadores.
El 1 de agosto, Intel anunció una drástica reestructuración corporativa. Para hacer frente a las dificultades financieras, la empresa decidió despedir a más del 15% de sus empleados, una cifra que supera los 15.000. Una medida que se suma a la suspensión del dividendo a partir del cuarto trimestre.
El gigante registró unos ingresos de US$12.830 millones en el segundo trimestre del año, un 1% menos que en el mismo periodo de 2023. Los analistas esperaban una cifra de US$12.940 millones. En respuesta, Intel rebajó sus previsiones para el trimestre en curso, lo que llevó a su consejero delegado, Gelsinger, a calificar de «decepcionantes» los resultados financieros de la empresa.
Al compartir el informe trimestral, las acciones cayeron un 26% en un solo día, hasta su punto más bajo desde 2013, convirtiéndose en la peor referencia bursátil para Intel desde 1974.
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