Así de grave es la escasez de chips, según la secretaria de Comercio de EE.UU. Gina Raimondo

Y nuevas plantas de fabricación no solucionarán la escases

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La secretaria de Comercio de EE.UU., Gina Raimondo, en una sesión informativa con los periodistas, según Bloomberg, The Washington Post y otros, advirtió lo que probablemente ya haya escuchado: la escasez de chips no terminará pronto. «No estamos ni siquiera cerca de estar fuera de peligro».

Sus comentarios vienen acompañados de un nuevo informe del Departamento de Comercio que cita a los fabricantes de chips que «no ven que el problema vaya a desaparecer en seis meses», lo que tampoco es exactamente una noticia: fabricantes de chips como Nvidia y AMD han sugerido repetidamente que la escasez no se aliviará hasta la segunda mitad de 2022, mientras que Intel ha dicho que podría no terminar, por lo menos, hasta 2023.

Pero el informe, basado en 150 respuestas de «casi todos los principales productores de semiconductores y de múltiples empresas consumidoras del producto», profundiza un poco más en los problemas:

El Departamento de Comercio dice que es claramente la demanda, y no sólo las limitaciones de la oferta, lo que está atascando las cosas, con un 17% más de demanda de chips en 2021 frente a 2019.

Ahora, la industria tiene sólo cinco días de inventario en los estantes, en comparación con los 40 días de 2019. «Esto significa que una interrupción en el extranjero, que podría cerrar una planta de semiconductores durante 2 o 3 semanas, tiene el potencial de inhabilitar una fabrica entera en USA, con el subsiguiente riesgo del despido de sus trabajadores si esa instalación solo tiene 3 o 5 días de inventario de insumos», argumenta el informe.

Algunos tipos de chips son los que están sufriendo el mayor impacto: «los chips lógicos legacy (utilizados en dispositivos médicos, automóviles y otros productos), los chips analógicos (utilizados en la gestión de la energía, los sensores de imagen, la radiofrecuencia y otras aplicaciones) y los chips optoelectrónicos (utilizados en sensores e interruptores)».

Estos chips afectados no necesariamente se encuentran  en los nodos de semiconductores más avanzados, como los procesadores de marca de Intel, AMD, Nvidia, Qualcomm, Samsung o Apple, que utilizan procesos de fabricación 5, 7 y 10 nm. El informe sugiere que los chips mucho menos densos, desde los 40nm hasta los 800nm, son los que ven «importantes desajustes entre la oferta y la demanda de semiconductores».

«El principal cuello de botella en todos los ámbitos parece ser la capacidad de producción de obleas, que requieren una solución a más largo plazo».

«Desde el segundo trimestre de 2020 hasta 2021, las fábricas de semiconductores operaron a más del 90% de utilización, lo que es increíblemente alto para un proceso de producción que requiere un mantenimiento regular y cantidades muy altas de energía.»

¿Qué va a hacer la administración Biden al respecto? Bueno, la Casa Blanca está utilizando el informe para argumentar que el Congreso necesita urgentemente aprobar la Ley CHIPS -que a su vez forma parte de la Ley de Innovación y Competencia de EE.UU. (USICA)- que libera hasta 52.000 millones de dólares para la fabricación nacional de semiconductores. Esta ley lleva muchos meses estancada en la Cámara de Representantes, después de haber sido aprobada por el Senado con un fuerte apoyo bipartidista.

«La cadena de suministro de semiconductores sigue siendo frágil, y es esencial que el Congreso apruebe la financiación de los chips lo antes posible», reza un comunicado de Raimondo, en una nota de prensa con el título «Commerce Semiconductor Data Confirms Urgent Need for Congress to Pass U.S. Innovation and Competition Act».

Aunque ciertamente no vamos a argumentar que EE.UU. no debería financiar la fabricación propia de semiconductores, hay muchas buenas razones por las que podríamos querer hacerlo, sí diré que ha sido extraño ver a la administración de Biden sugerir que los 52.000 millones de dólares son una solución para acabar con la escasez de chips, bajar los precios de los vehículos y contener la inflación.

Como ya comentamos la semana pasada cuando Intel anunció que gastaría 20.000 millones de dólares en dos nuevas fábricas en Ohio, Raimondo y otros parecen estar tratando de aludir a estas ideas para estimular al Congreso a incentivar tales medidas, pero Intel no fabrica históricamente chips para automóviles, y la escasez actual de chips probablemente habrá terminado mucho antes de que cualquiera de esas fábricas pueda empezar a producirlos.

Sin embargo, Raimondo mencionó otro punto interesante en el que la Casa Blanca podría ayudar, al advertir que el Departamento de Comercio está investigando las denuncias de que los intermediarios están cobrando precios inusualmente altos por los chips. No está claro si se trata de los tradicionales revendedores o de los intermediarios entre las empresas fabricantes de chips y los clientes.

Redacción CambioDigital 

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