Gracias al Big Data, nuestras ciudades pueden convertirse en laboratorios al aire libre donde probar nuevas soluciones de movilidad, energía y transporte con vistas a una mayor sostenibilidad.
Así lo demuestra la investigación presentada por Carlo Ratti, director del Senseable City Lab del Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Boston, en la lectio magistralis pronunciada en la inauguración del Año Académico de la Universidad de Milán-Bicocca.
«Las ciudades representan el 2% de la superficie del planeta, el 55% de la población mundial, el 75% del consumo energético y el 80% de las emisiones: hacerlas más sostenibles puede tener un gran impacto a escala global», afirma Ratti. «Hoy en día, el mundo físico y el digital están convergiendo (pensemos, por ejemplo, en el Internet de las Cosas) y esto está cambiando la forma de diseñar y experimentar las ciudades, que pueden convertirse en un espacio de experimentación y transformación.»
Su grupo de investigación, pionero en este campo, comenzó sus primeros estudios a principios de la década de 2000: con motivo de la final de la Copa del Mundo de 2006, por ejemplo, cartografió los datos de tráfico de los teléfonos móviles en la ciudad de Roma y los analizó gracias a una nube ante litteram creada en el MIT.
El estudio del tráfico de vehículos de Nueva York y de las ventajas del transporte compartido abrió nuevos escenarios que dieron lugar a servicios como Uber. En Ámsterdam, ha convertido los canales de agua en un laboratorio donde experimenta con barcos robóticos para el transporte de personas, mercancías y residuos, utilizando sus sensores Lidar para cartografiar digitalmente la ciudad.
Por último, en Helsinki está trabajando en un proyecto que pretende la descarbonización total para 2028 del sistema de calefacción urbana, actualmente alimentado por centrales de carbón: la solución propuesta pasa por construir islas flotantes en el mar frente a la capital, que serán grandes depósitos que se llenarán con agua caliente obtenida mediante energías renovables. Por último, Ratti también trabaja en el nuevo campus de la Universidad Estatal de Milán en Mind, diseñado como «un laboratorio vivo». (ANSA).
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