Hay una gran cantidad de software disponible para Windows, macOS, Android e iOS, pero no todo se ha desarrollado con las mejores intenciones. Hay aplicaciones creadas para robar tus datos, corromper tus archivos, espiar tus actividades digitales y sacarte dinero subrepticiamente.
La buena noticia es que unas cuantas preguntas inteligentes pueden guiarte lejos de las cosas turbias y hacia aplicaciones en las que puedes confiar. Si no está seguro de si un determinado software para su teléfono u ordenador funciona, esta sencilla lista de comprobación le ayudará a detectar las principales señales de alarma.
¿Qué antigüedad tiene la aplicación?
Sea cual sea el lugar desde el que descargue una aplicación, debe haber una mención de cuándo se actualizó por última vez. En Google Play Store para dispositivos Android, por ejemplo, puede pulsar Acerca de esta aplicación en cualquier listado para ver cuándo se actualizó por última vez y qué incluía esa actualización. En iOS, toque Historial de versiones.
El software antiguo que no se ha actualizado en el último año no es necesariamente malo, pero desconfía de él: Es menos probable que funcione con la última versión del sistema operativo en el que se encuentres y es más probable que tenga vulnerabilidades de seguridad que puedan ser explotadas por los malos (porque no ha sido parcheado contra las últimas amenazas).
Tampoco confíe automáticamente en el software nuevo. Una aplicación puede haber sido lanzada para aprovechar una tendencia (ya sean clones de Wordle o extensiones de ChatGPT), y este tipo de aplicaciones se crean para ganar dinero en lugar de ofrecer una buena experiencia de usuario o respetar su privacidad. Puede que merezca la pena simplemente esperar hasta haber visto algunas reseñas de la app en cuestión.
¿Qué dicen los demás?
Esto nos lleva directamente a las opiniones de los usuarios, que pueden ser una forma útil de calibrar la calidad de una aplicación. Es fácil utilizar las secciones dedicadas a las reseñas en las tiendas oficiales de aplicaciones para ver lo que otras personas piensan del software, pero en otros casos (como la descarga de un programa de Windows desde la web) puede hacer una búsqueda rápida en la web por el nombre de la aplicación.
Asegúrese de comprobar varias opiniones en lugar de basarste sólo en una o dos, y busque temas recurrentes en lugar de incidentes aislados (el cliente no siempre tiene la razón). Fíjese, por ejemplo, en lo que dicen los usuarios sobre fallos y caídas, y en cómo se han gestionado las peticiones de asistencia.
Por supuesto, las opiniones pueden ser falsas, incluso en grandes cantidades. No se fíe demasiado de las reseñas muy cortas y muy positivas, o de las que dejan personas con nombres de usuario genéricos o que parecen haber sido creadas por un bot. Confíe más en las reseñas más largas y detalladas que parezcan escritas por alguien que realmente ha utilizado el software en cuestión.
¿Puede fiarse del desarrollador?
No está de más comprobar los antecedentes de la persona o empresa que ha creado el software, y el nombre del desarrollador debería aparecer en un lugar destacado de la lista de aplicaciones o de la página web desde la que se descarga. Está claro que si se trata de un nombre conocido, como Adobe o Google, es un software en el que puede confiar.
Si está en Android o iOS, puede tocar el nombre del desarrollador en el listado de aplicaciones para ver otras aplicaciones del mismo desarrollador. Si ha creado varias aplicaciones con valoraciones altas, eso es positivo. Las respuestas de los desarrolladores a los comentarios de los usuarios también son una buena señal, ya que demuestran que quien está detrás del software está comprometido con él.
Averiguar quién es el desarrollador de una aplicación que se estás descargando de la red no es tan sencillo, pero una rápida búsqueda de su nombre en Internet le dará algunas pistas. Los desarrolladores sin presencia en Internet o en las redes sociales, por ejemplo, deben ser tratados con cautela.
¿Cuánto cuesta?
Preste especial atención a cuánto cuesta una aplicación, tanto en términos de cuotas iniciales como de pagos continuos: Estos datos figuran en las páginas de las aplicaciones para Android e iOS, y también deberían ser fáciles de encontrar en otras plataformas. No querrá una aplicación que le vaya a extorsionar, pero también tiene que averiguar cómo se sufragan los costos de desarrollo.
Al igual que en las otras preguntas, no hay reglas rígidas, pero si una aplicación es completamente gratuita, lo más probable es que se financie mediante la recopilación de datos y la publicidad. Esto es cierto tanto para los grandes nombres de la tecnología, como Facebook y Google, como para los desarrolladores independientes más pequeños. También son habituales los modelos freemium, en los que algunas funciones pueden estar bloqueadas tras un muro de pago.
Si llega a instalar una aplicación, lee atentamente las pantallas de bienvenida y presta atención a los términos y condiciones. Tenga cuidado con las pruebas gratuitas a las que se apunte, ya que podrían hacer cargos inesperados en su tarjeta de crédito al cabo de un mes (aunque hayas desinstalado la aplicación).
¿Qué permisos necesita?
Si instala una aplicación a través de una tienda de aplicaciones oficial, debería ver una lista de los permisos que necesita, como el acceso a la cámara y al micrófono. También recibirá avisos en su teléfono o portátil cuando se soliciten estos permisos. Preste atención a los permisos que parezcan poco razonables o que no tengan sentido, ya que podrían indicar que el software es menos fiable.
Lo ideal es que las aplicaciones le expliquen por qué necesitan los permisos que necesitan. El acceso a sus contactos, por ejemplo, puede utilizarse para compartir fácilmente archivos con amigos y familiares, más que para obtener datos personales de ellos. No es una ciencia exacta, pero es otra forma de valorar si quiere o no instalar un programa en concreto.
Fuente WEB | Editado por CambioDigital Online