Nvidia supera las expectativas. Los ingresos del segundo trimestre de su ejercicio fiscal se dispararon un 122%, hasta US$30.000 millones, muy por encima de las expectativas del mercado. Los ingresos netos también se dispararon un 168%, hasta US$16.590 millones.
A pesar de los resultados estelares, que muestran una fuerte y creciente demanda de inteligencia artificial, el gigante del chip cayó en Wall Street, donde las acciones se desplomaron más de un 6%, pero luego contuvieron sus pérdidas hasta el 2,5%.
Al anunciar los resultados, Nvidia tranquilizó sobre Blackwell, su próxima generación de chips de IA. Ya se han enviado varias muestras de Blackwell y se han introducido cambios en el producto para hacerlo más eficiente en la producción.
«En el cuarto trimestre esperamos obtener varios miles de millones de dólares de las ventas de Blackwell», aseguró la directora financiera Colette Kress. Estimaciones que se reflejan en la previsión para el tercer trimestre, cuando los ingresos de ‘más o menos un 2%’ serán de US$32.500 millones, por encima del consenso de los analistas pero no de las previsiones más optimistas de US$37.000 millones.
Poco conocida hasta hace unos años, Nvidia se ha vuelto tan importante para Wall Street como los datos macroeconómicos del mercado laboral estadounidense.
Fundado en Silicon Valley hace 30 años para apostar por la IA cuando aún era un espejismo, el gigante ha sabido a lo largo de los años capitalizar su visión clarividente: sus chips se utilizan en muchas aplicaciones de inteligencia artificial, incluido ChatGPT, y sus modelos de semiconductores se han convertido en esenciales para el desarrollo de sistemas de IA generativa capaces de crear textos e imágenes que se asemejan mucho a lo que puede producir un ser humano. Nvidia controla el 80% del mercado de semiconductores para IA.
Desde principios de año, sus acciones en Wall Street han subido un 160% y un 3,290% en cinco años. Una racha que ha convertido a su cofundador y consejero delegado, Jensen Huang, en el duodécimo hombre más rico del mundo, con US$112.400 millones. Su fortuna está muy lejos de los US$235.000 millones de Elon Musk o los US$196.800 millones de Jeff Bezos, pero si Nvidia sigue corriendo a su velocidad reciente, es posible que no tarde en alcanzarlos.
El año pasado Nvidia valía «solo» 1 billón de dólares, este año superó la barrera de los 2 billones en marzo y la de los 3 billones en junio. Un repunte que le ha permitido superar a Microsoft y Apple y erigirse como la reina de la bolsa. Una supremacía que Nvidia pretende defender.
Fuente: Web. Editado por CambioDigital OnLine