Nuevas metas y Starship reciben luz verde

Pero también posible parada al cohete SLS y el retorno de Muestras de Marte.

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Detener el desarrollo del enorme cohete SLS diseñado para las misiones lunares Artemis y revisar profundamente la misión internacional para traer muestras de Marte: estas son algunas de las posibles repercusiones del gobierno Trump en la política espacial estadounidense.

Un nuevo rumbo que, subraya la web especializada Space.com, podría favorecer enormemente las actividades de SpaceX, de Elon Musk, en particular por el cohete Starship y la luz verde a las megaestelaciones de satélites.

Tras el gran apoyo que recibió en la campaña electoral, el recién elegido presidente Trump nombró a Musk para dirigir el Departamento de Eficiencia Gubernamental, un papel desde el que podrá influir en cierto modo en las políticas espaciales y en particular, sugieren varios analistas internacionales, beneficiar a sus empresas SpaceX y Starlink.

«No es descabellado pensar que se podría conseguir nueva financiación o un nuevo régimen regulatorio para fomentar el desarrollo de la Starship», dijo a Space.com Casey Dreier, responsable de política espacial de la Planetary Society. Musk ya había criticado en varias ocasiones las exigencias de protección medioambiental de la Federación de Aviación Espacial, que calificó de innecesarias y que habrían retrasado algunos lanzamientos.

En su nuevo papel gubernamental, Musk podría recortar fácilmente el desarrollo del cohete no reutilizable SLS, un proyecto con costos muy elevados (se calcula que US$4.000 millones por lanzamiento), diseñado para las misiones lunares Artemis, y la propia Starship podría ser una alternativa mucho más barata.

El ambicioso programa internacional Mars Sample Return para traer a la Tierra muestras del suelo marciano, que está resultando demasiado complejo, también podría revisarse.

También en este caso, la Starship, diseñada precisamente para ir a Marte, podría ser una solución alternativa, y favorecería la posibilidad de ganarle la partida a China. Pero más en general, señalan varios analistas, se teme que pronto se levanten las restricciones a los lanzamientos megaestelares. En efecto, el gran número de lanzamientos plantea problemas medioambientales para las capas superiores de la atmósfera, y la presencia de decenas de miles de satélites en órbitas bajas aumentará el peligro de accidentes y de formación de basura espacial incontrolada.

Fuente: Web. Editado por CambioDigital OnLine

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